Lo de siempre
Estadio Vicente Calderón, 22:00 horas, sabado 7 de noviembre, el aire decidió molestar en un día placido, despejado y algo frío. Los derbys son especiales, suele unir la rivalidad de dos equipos de la misma ciudad, que se odian, en el que unos envidian a otros, unos choques de máxima intensidad, de tensión, de igualdad...pero no cuando hablamos de un Atlético-Real Madrid. Y es que llevamos 10 años viendo al Real Madrid sin perder ni un solo derby, lo máximo que ha conseguido sacar el Atlético es algún empate y muchos mosqueos. Es algo tan natural que, aunque el derby, no ha dejado de perder su belleza y esa rivalidad, en los últimos años se ha convertido en un choque más, un partido entre dos rivales, uno demasiado inferior y otro demasiado superior.
Y es que, de nuevo ocurrió. Los colchoneros, venían crecidos con poco fundamento, tras empatar al Chelsea en el último minuto, mientras que el Real Madrid venía de haber perdido solo un partido en Liga, empatar otro, y coser a la mayoría de sus rivales a goles, así con todo, el Atlético creyó, otra vez más, que este año si, y no, de nuevo volvió a sobrevalorarse y a infravalorar al Real Madrid, lo unico que cambió es que en otras temporadas duró 17 segundos, 34 segundos o minuto y medio, esta vez fue Kaka' a los 4 minutos, demasiado tarde, pero suficiente, además, también valió para ver que el Atlético en esos 4 minutos ni olió la pelota. El gol vino tras un barullo por el centro, Cleber se hizo con el balón, e incomprensiblemente, en vez de despejar de un patadón, dejó que Sergio Ramos se le encimara por detrás, en falta según el criterio de cada uno, pero bueno. Lass recogió el robo de Ramos, se la entregó a Kaka' y este con el espacio y tiempo para pensar, se la clavó a Asenjo bien lejos de donde él estaba. 0-1 y la misma historia de siempre.
Aparte del golpe tan tempranero al Atlético, hubo más. Se vio, como el Getafe y Milán, agobiados por una presión que empezaban Benzemá e Higuaín, de nuevo pareja de ataque, que las alas quedaban cubiertas por Lass y Marcelo y Arbeloa y Ramos por detrás, y que el centro primero había que superar a Kaka', muy aplicado y luego a Xabi, casi tarea imposible. El Atlético quiso intentar vencer al Madrid por la banda derecha aprovechando en ocasiones que Lass no estaba por allí, y quizás Ramos ya no sea el mismo que fue, ese lateral incomensurable con un gran futuro, pero quizás de lo que vimos lo exageramos, pero de aquello siempre debe de haber, no podía ser un espejismo. Muchos centran sus fuerzas en azotar a Ramos, pero el partido del sabado, sin ser genial, hizo lo suficiente para dejar a Simao sin opciones de hacer algo, solo se recuerda una internada del portugués con un centro demasiado forzado que se marchó al otro banderín de corner.
Mientras, el Real Madrid seguía a su ritmo. Xabi controlaba todo el centro del campo con los apoyos de Lass y Kaka', el Madrid quedaba muy abierto con una sociedad perfecta por la izquierda con Marcelo y Arbeloa, y con los incontrolables Benzemá e Higuaín dejaban en jaque una defensa ya de por si bastante pésima. En una de esas ocasiones numerosas que el Real Madrid se plantó con el balón en área contraria, dejaron a Benzemá controlar, dejarle pensar y hacer, vamos, como el primer gol, y lo que hizo fue dejar un pase perfecto para Marcelo, que pasaba por allí, convertido en interior todo terreno, convertido, quizás por orden de Pellegrini, en un Cristiano Ronaldo que pulule por toda la zona ofensiva, de otra forma no se explica. Fusiló a Asenjo, que poco pudo hacer. 0-2, y lo de siempre, para variar.
Aún por el final de la primera parte pudo hacer algo el Atlético. Primero un disparo al poste de Forlán, tras un centro desde la banda izquierda, sería algo trascendente si no fuese por que dio en la zona de afuera del poste, con lo que el balón poca trayectoria peligrosa iba a tomar. Y la segunda, un internada de Simao por el centro en la que pillaron a Pepe con un pase a su espalda, el disparo del luso lo repelió Iker con un manotazo. Se acabó la primera parte, que apenas dejó algo más, un tiro de Benzemá con la puntera que salvó Asenjo milagrosamente.
El partido iba por donde tenía que ir. El Atlético lo máximo que ofrecía era el empuje de su afición, y el Madrid, sin sacar todo su arsenal, simplementa confirmaba el atisbo de mejora, presión en todas las líneas, movilidad arriba gracias a los dos delanteros, y orden y seriedad en la parte de atrás, punto que solo se saltaba Pepe. También es de agradecer a Pellegrini el confiar duarante tres partidos en el mismo once, este hecho ha dado mucho a los que juegan, el conocerse mejor y saber asociarse, y sobre todo, poner a los mejores. El chileno ha dado cierta moralidad al grueso de la plantilla con decisiones faciles y coherentes, como cargarse a Guti y dejar a Raúl en el banquillo. No es casualidad, ni muchisimo menos, la mayoría de madridistas lo sabían, Florentino lo sabía, pero se intentó barajar la opción de prescindir de ellos poco a poco, pero la situación requirió medidas drásticas, un golpe de moral al resto de jugadores, hartos del capitán y un golpe al ego del 7, un 2x1 y además llevado con sarcasmo y fina ironía chilena, como demostraron las declaraciones de Pellegrini al decir que Raúl era "titularisimo", simplemente genial.
Pero claro, la genialidad va por barrios o por momentos. Antes de que Higuaín hiciese el 0-3 tras robarle la cartera a Perea (otro como Benzemá, que demuestra que no hace falta tener 33 tacos para ser el más listo de la clase y hacer un gol por estar ahí), Pellegrini ya preparaba su primer cambio, Raúl, que salió nada más marcar el argentino. La cosa, no tendría que haber ido a mayores, pero desde el plano táctico y de como estaba el partido, no se explica el cambio, quitas velocidad arriba y pones un delantero que no es tanque, que no baja balones, que no tiene técnica, quizás lo sacó para demostrar lo que todo el mundo vió, que Raúl está más acabado que las pesetas. Se truncó con la expulsión de Sergio Ramos, que pasaba por el centro de la defensa para cubrir una indecendia de Pepe y tuvo que tumbar al Kun, que salió en la segunda parte. El Madrid se reorganizó como en Getafe, pero no con tan buena suerte. El Atlético aprovechó más la banda de Marcelo ahora que había pasado al lateral y Arbeloa se fue a la derecha, y se volvó más todavía al ataque cuando Pellegrini decidió quitar a Benzemá y sacar a Gago. Los colchoneros, conscientes de que al Madrid el ataque se le había acabado, solo le quedaba avasallar la porteria de Iker.
Forlán abrió a la derecha, para la internada de Ujfalusi, y este metió el centro desde la derecha para que rematase solo el uruguayo. ¿Por qué estaba solo? Es algo que unicamente Pepe sabe. El Atlético marcaba el 1-3 en el 78, vanas esperanzas puede pensar uno cuando había visto el partido, pero no. Apenas pasaron 4 minutos cuando el Kun dejó por los suelos a Pepe (quien si no), y se puso delante de Casillas para batirle con facilidad. El Atlético se metía en un partido que nadie imaginaba que podría ponerse así tras haber arrasado el Madrid con cualquier vestigio colchonero.
Para suerte del Madrid y de Pellegrini, allí estaba Iker, que salvó un disparo del Kun, que iba al centro, pero había que estar ahí para pararla. Simao antes mandó una volea a las nubes cuando tenía todo el tiempo del mundo para controlar y rematar, no quiso, mejor. El partido acabó con 2-3, y dejó clara varias cosas, al contrario de lo dicho en todos los medios, el Kun poco revolucionó el encuentro, si el Atlético se metió en el partido fue gracias a Pellegrini, que decidió matar el ataque metiendo a Raúl, y más tarde dejandolo solo para dar entrada a Gago, completamente inoperante e indigno como futbolista. El jugar con 10, un Pepe demasiado crecidito y con buena prensa pero mala colocación en el campo, hicieron el resto para que el Kun se aprovechase, pues no hay más que recordar, que hasta el 78 el Atlético no consiguió marcar, y hasta entonces poco pudo hacer el Kun excepto intimidar con su presencia. Tampoco comparto que Iker salvase la papeleta a Pellegrini, pues el equipo hizo méritos suficientes para ganar 0-3 o más incluso, aunque si es cierto que el entrenador puso en apuros a muchos de sus jugadores con los cambios y condicionó todo, le salió bien, pero no siempre será así, si el rival hubiese sido un grande, del 0-3 hubiesen pasado al 6-3 con facilidad, hay que cambiar la mentalidad en muchas ocasiones y leer mejor el partido, y ultimamente a Pellegrini le está pasando muy ocasionalmente el leer mal el partido. Debe mejorar, su equipo lo está haciendo.
Atlético de Madrid 2 (Forlán y Agüero)
Real Madrid 3 (Kaka', Marcelo e Higuaín)
Hombre del partido: Iker Casillas, haciendo lo que mejor sabe, parar.
Ay madrecita
